sábado, 28 de enero de 2012

Dormido

No estoy despierto, pero soy consciente de mí mismo.
No quiero dejar el sueño todavía, la realidad es algo a lo que no querré enfrentarme hasta dentro de unas horas.
...
El sol atraviesa el hielo de mi ventana y se cuela en mi habitación. Diría que son las doce, pero en realidad no más de las diez.
Muchas cosas vuelven cuando despierto: pesadillas de un pasado que no es mío, errores, mentiras no intencionadas que le dan a todo un toque más literario. Una decisión a la desesperada que pretendió ser la acertada. Doy gracias de que cuando fue rectificada todavía no era tarde.
Estoy en un estado extraño. Serenidad, un poco de dolor, esperanza y algo de alegría. Ver de nuevo el sol de la mañana con esta fuerza es una bendición.
¿Volveré a brillar así algún día?

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