miércoles, 25 de abril de 2012

Por qué vivir

En quien más confío me dijo que hay que saber disfrutar del camino, mas, ¿Solamente del camino? Así la meta no tendría razón de ser, no existiría; y por lo tanto, tampoco una senda hasta él. ¿Será la meta solo la forma de que pueda haber vida para tratar conseguirla?

Me atrevo a pensar que un objetivo no es más que una piedra rara en el camino, el comienzo de una cuesta baja o un arroyo fresco donde descansar, ¿Pues no es el mayor camino la vida entera, con el último final en la muerte? Y a ella no se la puede llamar objetivo precisamente...

¿Pero es la vida para vivirla uno mismo? Yo no podría, pues antes no hacía sino anhelar lo que no tenía, luchando sin tregua por mis metas y dejándome la piel y el ánimo en ello; y es porque antes estaba solo. Ahora que tengo a quien mostrar ilusionado esa roca cristalina con la que tropecé, una persona con la que sonreír cuando todo sea fácil y con quien podré chapotear con el agua cristalina de nuestro arroyo, eso no será más. Ahora puedo no olvidar pero sí relajarme en mis objetivos, disfrutar con el avance. Hoy puedo tomar como único anhelo el de vivir mi vida tan libre como pueda, según mis creencias, y con ella. No va a ser fácil tomar esta postura, pero con tiempo y un poco de ayuda, todo se puede.

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